Esta noche mientras regresaba a casa en autobús por la Avenida de la Albufera, vía principal del barrio madrileño de Vallecas, he visto el cartel amarillo de un nuevo comercio. Se trata de la segunda “Oficina de Representación” que el Banco Pichincha ecuatoriano abre en España. La otra se encuentra en el también popular barrio madrileño de Carabanchel. Le seguirán otras en Murcia, Barcelona...
Si alguna conclusión he podido sacar en claro de los momentos de crisis que estamos viviendo es que poco de lo que antes parecía estable, perpetuo o inamovible, realmente lo es. No será gran cosa, pero al menos espero que me sirva para estar más “ojo avizor” de ahora en adelante.
Recuerdo que fue hace no más de 3 años cuando resultó innovadora y llamativa la apertura de sucursales orientadas a los inmigrantes por parte de bancos españoles tradicionales. Inconscientemente pensé que con eso se agotaba el tipo de respuesta comercial del sector bancario al fenómeno de la inmigración.
A estas alturas yo ya pensaba que la capacidad de sorpresa del fenómeno globalizador había entrado, al menos en el corto plazo, en su fase de “rendimientos decrecientes” y que no se divisaba en el horizonte ninguna novedad a destacar. Por eso el cartel amarillo del nuevo establecimiento me ha sorprendido. Y gratamente, debo de admitir. El Sur en el Norte...
El hecho de que en el escenario español de las finanzas en general y del manejo del dinero de los inmigrantes en particular aparezca este “nuevo actor” – el “nuevo banco” tiene más de un siglo de historia en Ecuador- me parece, de primeras, una buena noticia. ¿Un indicio, quizá, de creciente autonomía del Sur? Es posible que al conocer más de cerca las vicisitudes de sus compatriotas migrantes se “solidaricen empresarialmente” con su causa. Ojalá. Es posible también que por el efecto mágico de la competencia, el resto de bancos tradicionales se vean en la necesidad de asimilar ese trato en lo relativo al envío de remesas, al traslado de hipotecas, a la concesión de créditos… Ojalá también.
Puede que últimamente se baile menos chotis en La Latina y que “los camareros en Madrid ya no sean como los de antes”, pero yo me he alegrado mucho de ver el nuevo cartel amarillo en la Avenida de la Albufera.
Javi Pérez
La pobreza y la desigualdad son problemas complejos, pero no inevitables. Una sociedad bien informada puede provocar la transformación económica y política que pondrá fin a la pobreza. Este blog, elaborado por el área de investigaciones de Intermón Oxfam, quiere contribuir a ese debate: proponer reflexiones e ideas sobre la globalización y el desarrollo, y escuchar lo que otros tienen que decir.
domingo, 2 de noviembre de 2008
Un nuevo actor entre nosotros
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1 comentario:
El Sur comerciando en el Norte. ¡Y sin ser explotado! Sueña idílico. Comparto tus inquietudes...
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