Desde la perspectiva de los países pobres, describir la evolución de la economía durante los últimos dos años es hablar de shocks y de vulnerabilidad.
Para muchas economías de África, Asia y América Latina, la montaña rusa en la que se ha convertido la economía internacional tiene consecuencias que van mucho más allá de las estadísticas. La combinación de economías dependientes (de la ayuda, de la importación de alimentos, de la exportación de un puñado de materias primas) y ausencia de redes de seguridad (bolsas sociales, programas de desempleo, ayuda alimentaria, sostenimiento de precios) supone a menudo un shock que determina durante años la vida de una familia.
A la inestabilidad financiera y comercial se ha unido el fenómeno del calentamiento global, que ha disparado el número de inundaciones, huracanes y tifones, casi siempre en regiones en desarrollo.
La vulnerabilidad (de las familias y de los países) se ha convertido en uno de los grandes temas de debate en las políticas de desarrollo. Y, como en otros casos, las soluciones que se han puesto sobre la mesa apuntan en la dirección contraria a la que hemos ido los últimos treinta años, en donde se ha debilitado el papel del Estado como regulador y proveedor de garantías sociales.
La buena noticia es que todo apunta a un cambio de tendencia, en el que reconsideraremos algunos de los errores pasados. Si te interesa este asunto, te sugiero tres pistas interesantes:
Gonzalo Fanjul, desde Boston
La pobreza y la desigualdad son problemas complejos, pero no inevitables. Una sociedad bien informada puede provocar la transformación económica y política que pondrá fin a la pobreza. Este blog, elaborado por el área de investigaciones de Intermón Oxfam, quiere contribuir a ese debate: proponer reflexiones e ideas sobre la globalización y el desarrollo, y escuchar lo que otros tienen que decir.
martes, 18 de noviembre de 2008
Países pobres (y vulnerables)
Etiquetas:
cambio climático,
Crisis financiera
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