Hoy dice el Gobierno español que son las petroleras quienes están detrás de la campaña contra los biocombustibles, y que piensa seguir adelante con las metas fijadas. Poco importa que el Parlamento Europeo, Gran Bretaña, Holanda, Francia y Alemania hayan echado ya el freno, que países como Indonesia, uno de los que ya han sufrido las consecuencias, pidan que las tierras cultivables se destinen a producir alimentos. Poco importan los informes que aseguran que, a excepción del etanol a partir de caña de azúcar, la mayoría de los biocombustibles resultan en emisiones netas de CO2, es decir, más bien agravan el problema. Y tampoco importa mucho que se cuenten entre las causas de la disparada subida en el precio de los alimentos (aunque difieren en las cifras, informes como los del FMI, el IFPRI y la OCDE coiciden en que existe una relación causal directa).
Tampoco importa que la meta en cuestión - sustituir un 10% de los carburantes por biocombustibles para el 2020- se adoptase en el 2003, en un contexto de supuesta abundancia de alimentos (eso sí, no accesibles para todos), incremento de las tierras agrícolas "ociosas", un sector rural necesitado de estímulos y la creencia de que los biocombustibles podrían reducir la amenaza del cambio climático.
Hoy las circunstancias han cambiado radicalmente, pero a nuestro gobierno parece no importarle. Las evidencias más que suficientes de un impacto negativo de las políticas actuales de fomento a los biocombustibles deberían llamar al "principio precautorio", ya aplicado anteriormente en acuerdos internacionales sobre protección de la biodiversidad. Dicho principio recomienda que“cuando haya amenazas de daños serios o irreversibles, la falta de plena certeza científica no debe usarse como razón para postponer medidas efectivas que eviten la degradación ambiental”.
Existen otras formas de solucionar el problema energético de manera más eficiente y mucho menos arriesgada, como las medidas de ahorro y eficiencia energética, que pueden reducir hasta en un 30% el consumo actual de combustibles. También se requiere invertir más en desarrollar los biocombustibles llamados de "segunda generación" (a partir de residuos o materias primas no alimentarias) y establecer estándares más exigentes en cuanto a la reducción real de emisiones o los efectos del cambio de uso de la tierra debido al cultivo de biocombustibles.
Cuando por tratar de solucionar un problema se generan otros, deberíamos ser lo suficientemente cautelosos como para cambiar de estrategia. Otros ya lo están haciendo, esperemos que España rectifique a tiempo.
Arantxa Guereña
La pobreza y la desigualdad son problemas complejos, pero no inevitables. Una sociedad bien informada puede provocar la transformación económica y política que pondrá fin a la pobreza. Este blog, elaborado por el área de investigaciones de Intermón Oxfam, quiere contribuir a ese debate: proponer reflexiones e ideas sobre la globalización y el desarrollo, y escuchar lo que otros tienen que decir.
miércoles, 16 de julio de 2008
Biocombustibles: ¿un remedio peor que la enfermedad?
Etiquetas:
biocombustibles,
cambio climático
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2 comentarios:
hay otro detalle importante que no suele ser apuntado. El modelo de desarrollo de las industrias de los biocombustibles: La produccion de la materia prima en el tercer mundo, ll proceso de la materia prima para obtencion del biocombustible, en el primer mundo, con tecnologias exclusivas y que por supuesto, no vamos a transferir....
El resultado es que al igual que con el petroileo, paises como Iran o venezuela no tienen capacidad de proceso y se ven obligados a importar gasolinas, los paises del tercer mundo que producen la soja y demas, no tienen capacidad de proceso, y se veran obligados a seguir importando, biocombustibles en este caso...
Ya os podéis imaginar quien se va a llevar los beneficios....
Visite una planta recien estrenada hace poco. Vaya manera facil de ganar dinero....
La recogida y reciclado de aceites industriales o domésticos alimentarios contaminados, como el procedente de frituras, latas de conserva, etc.) es una buena materia prima para fabricar biodiesel y de paso no contaminamos el Medio Ambiente.
La obtención de etanol a partir de residuos leñosos de las plantas y árboles es posible y puede ser una excelente solución, pero aún se está investigando sobre ello, aunque la solución técnica llegará.
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