La pobreza y la desigualdad son problemas complejos, pero no inevitables. Una sociedad bien informada puede provocar la transformación económica y política que pondrá fin a la pobreza. Este blog, elaborado por el área de investigaciones de Intermón Oxfam, quiere contribuir a ese debate: proponer reflexiones e ideas sobre la globalización y el desarrollo, y escuchar lo que otros tienen que decir.

viernes, 5 de diciembre de 2008

El tsunami silencioso

Algunos quizás recuerden que hasta hace menos de dos meses la única crisis de la que se hablaba era la crisis provocada por el precio disparado de los alimentos. Aunque todo esto parece haber quedado enterrado por los desmanes de Wall Street y las ayudas millonarias que reclaman los fabricantes de coches, para los países pobres el precio de los alimentos sigue siendo un problema real y grave.

El equipo editorial de la Revista de Fomento Social (una publicación trimestral que elabora la universidad ETEA) incluyó en el último número una pieza soberbia titulada El hambre, ¿tsunami silencioso? En él encontrarás un análisis sensato y bien informado de las causas que han provocado esta crisis. Merece la pena leerlo con atención.

El único punto en el que los autores y yo discrepamos es en la inquebrantable fe que demuestran en la Política Agraria Común y en sus gestores. Tras describir los avances que han logrado las reformas de los ultimos años, el artículo señala: "(...) los excedentes de la Unión Europea de otros tiempos podrían haber amortiguado la volatilidad de los precios agrícolas en estos últimos meses". Es posible que esto sea cierto, pero, francamente, resulta difícil ignorar que el fracaso de los mercados agrarios internacionales tiene mucho que ver con un modelo diseñado a la medida de los intereses de Europa y de los EEUU.

La liberalización forzada de los países pobres es el complemento necesario del dumping sistemático que practica la Unión Europea. A pesar de lo que opinan los autores, la diferencia entre las ayudas que reducían ayer el precio de exportación y las que engrosan hoy la cuenta corriente del exportador (el sistema de ayudas directas) es la misma diferencia que existe entre que te atraquen y que te quiten la cartera. Éste no es hoy el problema de los agricultores pobres (más bien el contrario), pero es indudable que es parte del origen del problema.

Discrepamos, pero los autores defienden su punto de vista con argumentos y honestidad, algo poco habitual en los debates sobre la agricultura europea. No dejes de leer el artículo.

Gonzalo Fanjul, desde Boston.

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