La pobreza y la desigualdad son problemas complejos, pero no inevitables. Una sociedad bien informada puede provocar la transformación económica y política que pondrá fin a la pobreza. Este blog, elaborado por el área de investigaciones de Intermón Oxfam, quiere contribuir a ese debate: proponer reflexiones e ideas sobre la globalización y el desarrollo, y escuchar lo que otros tienen que decir.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Después de Washington, Doha

En su número de este mes de noviembre, el Migration and Development Brief del Banco Mundial incluye algunas previsiones inquietantes acerca del comportamiento de los flujos de remesas hacia los países en desarrollo. El gráfico que muestro a continuación es un buen resumen de la idea principal de este informe:



Para el Banco Mundial, el hecho de que estas previsiones se cumplan -o incluso empeoren notablemente- depende de una serie de factores difíciles de predecir: (1) la envergadura del frenazo económico en los países de la OCDE (muy particularmente en la UE y en los EEUU, que constituyen el origen de dos terceras partes del total de las remesas); (2) la envergadura del frenazo económico en el propio mundo en desarrollo (donde residen cerca de la mitad de todos los emigrantes); (3) el impacto de la caída de los precios del petróleo en los países del Golfo Pérsico (uno de los destinos principales para los emigrantes del sur y este de Asia, así como del Magreb y de Oriente Próximo); y (4) la incertidumbre acerca de la evolución de los tipos de cambio (al fin y al cabo, EEUU es el único país del mundo cuya moneda se fortalece cuando la economía nacional se derrumba).

Para algunos países estas previsiones se están convirtiendo en una peligrosa realidad. Según el Banco de México, sólo entre julio y septiembre las remesas recibidas cayeron un 6,5% con respecto al año anterior. En el caso de España, la caída fue de un 7% en el segundo trimestre de 2008. Esta caída tendrá efectos tangibles para economías tan vulnerables como la de Bolivia, donde 1 de cada 10 dólares de la riqueza nacional depende de las remesas que se envían desde nuestro país.

Pero la nota más inquietante del informe del Banco Mundial aparece casi escondida al final del documento: a pesar de la caída que acabamos de describir, las remesas reforzarán su posición relativa en las economías nacionales del mundo en desarrollo, porque otras fuentes de financiación externa, como la AOD o la inversión extranjera, podrían caer bastante más.

Oxfam Internacional advirtió recientemente de este riesgo, en el informe que hizo público (If not Now, then When) con motivo de la Cumbre del G20 en Washington:

Even before this crisis broke, the majority of rich countries were reneging on their previous commitments to increase aid, which has fallen for the second year in a row. Shamefully, Italy and France were leading the pack, agreeing tiny budget increases (France) or significant decreases (Italy), despite reiterating their promise to radically increase aid just two months before, in July at the Japanese G8 meeting. Italy has the chair of the G8 in 2009, yet Prime Minister Berlusconi is intent on slashing aid in the face of widespread criticism.

There is a risk with recession at home in rich countries, that cutting aid budgets becomes a politically totemic issue, where politicians cut aid to show their commitment to domestic woes.
Mensaje de todo esto: la Cumbre sobre Financiación del Desarrollo que tendrá lugar en Doha a partir de mañana es mucho más relevante que la columna de página par en la que parece haber quedado relegada.


Gonzalo Fanjul, desde Boston

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